Frases de Libros.

  • "Para una mente bien organizada,la muerte no es más que la siguiente gran aventura" (Harry Potter y la Piedra Filosofal)
  • El horror pierde su espanto, cuando se repite mucho (La Historia interminable)

jueves, 14 de octubre de 2010

¿Acabar con la iglesia?

A la Iglesia no hemos podido destruirla ni los propios católicos. Es un yunque que ha gastado muchos martillos”.

En efecto, contra ella ha fracaso el Imperio Romano, sobrevivió a las invasiones bárbaras y fue la que conservó el arte y la civilización occidental en monasterios y desde allí la devolvió al mundo.

Los bárbaros arrasaron Europa y destruyeron imperios y ejércitos poderosos como el romano, pero no lograron doblegar a la Iglesia que, con la bondad de la madre y la paciencia de la maestra, luego evangelizó a esos mismos pueblos salvajes.

La Iglesia sobrevivió a la Revolución Francesa, al odio republicano en España y a la revolución cristera en México, a Hitler y a Stalin.

El comunismo le quitó el micrófono pero no le apagó la voz, le arrebató el turno de palabra pero no impidió que se expresara.

El Telón de Acero confinó al clero a campos de extermino, pero la Iglesia está acostumbrada a renacer desde las catacumbas y, desde ellas, ofició misas, ordenó sacerdotes y consagró obispos.


El gran error de los ateos es pensar que matando en el hombre la idea de Dios acaban con el mismo Dios.


Se olvidan de que la fe es un don gratuito que concede el creador, cuando quiere, a quien quiere, donde quiere.


No importa que, en nombre del racionalismo, la revolución, el marxismo o la ilustración se cierren conventos e iglesias, se incauten colegios, se quemen templos y catedrales, se destierren a religiosos y misioneros, se pasen a cuchillo, se fusilen o martiricen a millones de creyentes.


No importa que impongan el ateísmo por decreto, que se profanen los lugares sacros, se destruyan el arte y la tradición religiosa, se prohíban las prácticas cristianas. Todo ello es tan inútil como pretender que, impidiendo hablar del pasado, se acabe al mismo tiempo con la memoria.